4/13/2010

Carta de Pascual Pichún desde la cárcel de Traiguén

Esposado de pies y manos sólo puedo caminar dando saltitos. Por cada movimiento que doy el acero inoxidable de las esposas aprieta, dañan y lástima al punto del calambre. Pese a todo estoy tranquilo, como sí fuera el agua de un lago por la mañana, sonrío y levanto la cabeza mirando a los ojos a uno de los pacos que me apunta de frente con su ametralladora.

Está serio, es un peñi se nota en su rostro moreno y en sus ojos oscuros. Lo miro de frente como interrogándolo, pero no soporta esa presión por lo que decide desviar la mirada como avergonzándose de si mismo. Quizás sabe que esta haciendo lo incorrecto, quizás le pesa ese uniforme que reprime y daña a diario a su propia gente. Sin embargo, no le queda de otra pienso, de eso vive, de ese misero sueldo comen sus hijos y puede darle esperanzas en este malvado sistema. Porque él sabe y ese es el punto, que no le está apuntando a un delincuente como tal, ni está cuestionando a un terrorista como le hacen creer y le recuerdan toda vez que debe apresar a un peñi.

Cómo está peñi, cómo se llama su gente, su comunidad. Me dan ganas de hablarle y decirle que no se preocupe que lo entiendo. Responderle que estoy bien, que nada más me aprietan un poco las esposas pero nada que no logré a acostumbrarme con el paso de las horas. Y señalarle que han pasado años de no usar una de estas, y terminar riendo juntos.

Es que al final siempre reímos y le encontramos sentido a esta vida que hemos heredado de nuestros viejos. Yo el preso, el me vigila, pero no somos distinto, ni él mi enemigo, ni yo de él. Este sistema, este, que nos impusieron a fuerza y fuego, es por eso que hoy nos ponen sin opción de frente. Y es esto lo que se hace necesario cambiar, porque somos parte de una gran historia y de un gran pueblo peñi.

Me suben al carro y veo entre la pequeña ventana enrejada la luz del sol, parece un lindo día, las calles, la gente. Esa que no nos ve, que no quiere ser parte de esta historia, que se avergüenza, que tiene miedo. Pero nosotros no somos culpables de ese miedo, siempre estuvimos y siempre estaremos acá y nuestra lucha es también, por ellos, por cada uno de los habitantes del wallmapu.

Se detiene el carro llegamos al hospital, esta la prensa, esta prensa chilena que no cumple un bien social sino el resguardo de los intereses capitalista, esta es la prensa que construye historia de terroristas, la que nos clasifica entre malos y buenos. La que aclama represión y levanta a esos hermanos que se venden al vedetismo barato como un objeto turístico de feria costumbrista. Para esta prensa omnipotente, los que soñamos y luchamos por una vida mejor para nuestra gente somos los terroristas, los violentos. El tema es que el terrorismo existe desde que invadieron nuestro territorio, desde el momento que nos impusieron sus próceres y nos niegan nuestra historia que es mucho mayor a 200 años.

Entramos por un pasillo hacia la sala de espera colmada de gente, sobre pasada como la mayoría de los hospitales que estos gobiernos han abandonado. Es que ni la salud, ni la educación en chile es un derecho amigo, sino un rentable negocio que obliga a los chilenos a hipotecar su futuro para sanar una enfermedad o conseguir un título universitario. El dios dinero que lo puede todo, en un país que pareciera no tener memoria, un país que quiere profundizar un modelo de vida dictatorial y donde se cree que el presidente hizo todos sus millones trabajando.

“Denle duro, hay que meter preso a todos estos indios”. Le reclama una señora a los policías que me custodian. Parece mentira lo que estoy oyendo sí soy como usted señora, mírese al espejo e indague sólo un poco en su historia familiar y comprenderá el porqué de su piel morena, como yo, y su cabello oscuro aunque intente ocultarlo.

El trámite es sencillo, no tengo lesiones ni daños corporales ni mucho menos morales por eso debo firmar y con las manos esposadas, es que soy un reo peligroso según la información que maneja la policía.

De vuelta a la comisaría, me encuentro con una celda exclusiva para mí. Es un lugar conocido, cuantos peñi han pasado por aquí y así lo demuestran los rayados: “Resistencia Mapuche” “Lemun Vive” “Matías Katrileo Vive” se lee en las paredes.

Esta comisaría, esta celda es parte de nuestra historia, de nuestra lucha, pienso, hace frió y parece que comienza caer el sol en Temuko, llega la noche, la oscuridad necesaria para partir un nuevo día, más radiante.

Me apresto a iniciar este camino, nuevamente soy uno de los cuántos peñi presos por soñar, siendo perseguido y temiendo ser asesinado por esta falsa democracia. Siendo esta la forma en que ellos celebran su bicentenario, pero nuestra historia es mucho más que doscientos años, más que esta ciudad, que estas cárceles. Por eso sonreímos todo el tiempo y le encontramos sentido a la vida e intentamos pensar en un mañana, en un futuro para nuestros hijos. Mismo sueño que hace tanto tiempo queremos compartir, porque somos así, siempre pensando en el del lado y estamos acá como siempre hemos estado.

Estoy nuevamente en prisión, aprovechando estos días para la reflexión. Para pensar en nuestro futuro, el que debemos construir para las futuras generaciones.

Agradezco a cada uno de los amigos que me han acompañado en estos años y me han enseñado el valor de un ser humano. Pero sobre todo han estado en los momentos tristes y felices que se descubren en el camino de lucha que compartimos.

Newentuleayiñ kom pu che

Wewayiñ Marrichiweu

Pascual Pichun

Preso Politico Mapuche

Fuente: http://www.mapuexpress.net/?act=news&id=5468


5 comentarios:

  1. Fuerza Pascual!! Cuanta verdad hay en tus palabras lamgen, comparto esa observacion de que hay tantas y tantos que siendo mapuche estan participando del sistema para reprimir o discriminar...pero tambien estan los que tenemos la conciencia y queremos que esta represion y racismo vaya en retirada. Un abrazo lamgen. Kiñe poyen chalin kom pu che

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  2. Compañero: no te conozco personalmente pero a través de tu injusta detención pude conocer tu lucha. Admiro tu fuerza y tu claridad de pensamiento en esta difícil situación. Mucha fuerza Pascual, la única lucha que se pierde es la que se abandona

    Nelson Rouco
    San Justo,Argentina

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  3. Pascual: intento seguir día a día lo que estás pasando, lo único que tengo para decirte es que no pierdas la fuerza y la fe de que todos desde donde podemos y como podemos estamos intentando aportar en tu lucha y en todas las injusticias, para que estas cosas no pasen más, ni en chile ni en argentina ni en ningún lado.
    No pude evitar llorar al leer tu carta, me duele muchísimo que estés pasando algo así, aunque no me conozcas ni yo a vos, comparto tu lucha y espero que estés pronto entre nosotros, siguiendo tus estudios y en libertad! Es lo que más deseo! Un abrazo inmenso y fuerza!!! La lucha sigue! solo tenemos que resistir!

    Andrea, de la facu de perio UNLP

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  4. Un abrazo desde Mar del Plata al compañero Pascual con deseos de mucha fuerza y el acompañamiento de todos nosotros, la gente de esta tierra!!!

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  5. Querido Pascual, la fuerza del futuro que queremos construir es lo que nos mantiene vivo, es lo que otros llamaron Utopia. Pero ahora esa Utopía es mas real que nunca, ante la caída de los valores y la de este Sistema que se los llevará a ellos, a los de las cadenas, a los amantes de las cadenas y del Dios Dinero.
    Es bueno aprovechar estos momentos de relfexión y fortalecimeinto interno, que es el fortalecimento que transmitimos a los otros, alos que te siguen, a los que no ven el futuro con claridad, a los que dudan y a los que no creen. Es un nuevo mundo el que debemos construir, no estás solos, no están solos.
    Fuerza Pascual !!!!
    Daniel

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